Vivir En Santidad
La Santidad debe ser por dentro y por fuera. Y no es negociable. Si tú estás arrepentido de tus pecados, y pediste perdón a Dios Padre aceptando a Jesús como tú único Salvador y Señor de tu vida. Entonces, eres la Iglesia (la Novia, la Futura Esposa) que espera a Jesucristo (el Novio, el Futuro Marido). Y como la Novia de Cristo, tenemos la responsabilidad de seguir y cumplir la voluntad del Futuro Marido. Guardando sus mandamientos (La Palabra de Dios), y con el fin de esparcir el Evangelio de Jesucristo a todas las naciones y lenguas de la tierra.
- Honrar a padre y a madre significa obedercerles
La orden de obedecer a los padres es tan antigua como la paternidad. El apóstol Pablo aconsejó a los “hijos” en Éfeso: “obedeced en el Señor a vuestros padres” (Efesios 6:1). Es interesante notar que en el idioma griego, la lengua usada originalmente en este pasaje, la palabra “obedeced” (en griego hupakouo), significa “escuchar”. Ésta palabra se usaba para describir al portero que se aproxima a la puerta para escuchar cuidadosamente quién toca, y se refiere también a la capacidad para seguir estrictas instrucciones como las órdenes militares.2
En general, la voluntad de los padres debiera ser ley para los hijos. Una obediencia tal pareciera una obediencia absoluta. Más aun si recordamos lo que el apóstol Pablo escribió a los creyentes en Colosa; que la obediencia de los hijos a los padres debe ser “en todo” (Colosenses 3:20). Felizmente, Efesios 6:1 contiene una aclaración: La obediencia de los hijos a los padres está limitada a lo que es “en el Señor”. En otras palabras, ningún hijo está en la obligación de obedecer a sus padres cuando lo que se le pide va en contra de lo que Dios, “el Señor”, nos dice en su Palabra. En tales circunstancias, vale reconocer que es “necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29). Nuestra lealtad a Dios, nuestro Padre celestial, está por encima de nuestra lealtad a los padres terrenales y por encima de cualquier vínculo humano.
Pero el pasaje en Efesios 6:1, ahora la segunda parte, aclara la razón de la obediencia: “porque esto es justo”. Los padres tienen el derecho de mandar a sus hijos, y los hijos la obligación de someterse a la voz de sus padres porque, por ley natural, nosotros tenemos una vida derivada de nuestros padres. Es justo y razonable entonces que les retribuyamos con la obediencia. La obediencia de hijos a padres es una expresión de equidad natural.
(A veces, nos debemos preguntarnós; ¿por qué a nosotros las personas, nos cuesta tanto leer la Bíblia?. Sabiendo qué es el Libro más impreso en toda la historia humana, que también fue la más perseguida siendo quemada por aquellos que lo aborrecen. Y al mismo tiempo; muchos de nosotros ignoramos la verdad que contiene en sus páginas (a causa del pecado que mora en nosotros) que dan testimonio y hablan sobre el Salvador Jesucristo, el Verbo Divino de Dios encarnado (hecho hombre)).
http://www.editoriallapaz.org/leyes_Ilia_2.htm